En Colombia, para ser alcalde, concejal, gobernador, diputado, representante a la Cámara, senador o Presidente de la República, no se requiere tener un perfil académico decente. El único requisito es que el elector se enamore locamente de su candidato. Mientras que para ser inspector de policía, comisario de familia o un modesto funcionario del nivel asistencial en un municipio, la lista de requisitos es larga y exigente.
Si bien es cierto la Constitución Política y las leyes no establece norma alguna que impida a estos candidatos inscribir su nombre para alcanzar ese importante cargo, conviene advertir al elector que debe tener en cuenta ciertas condiciones morales para seleccionar lo mejor. Veamos:
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Encuestas electorales
1.Candidato inepto. Es un error del pueblo votar por esta clase de personajes que no saben dónde están parados, ni para dónde van, ni qué van a hacer cuando lleguen a esos cargos. ¿Quién está detrás de ellos? Equivocarse, sería una irresponsabilidad colectiva de un pueblo políticamente emocionado.
2.Candidato mentiroso. Es más peligroso elegir a un mentiroso que a un inepto. Este personaje es un malabarista de la argumentación falsa, pues sabe manejar la palabra con todos los olores, sabores y tonos de un lenguaje sinuoso. A todo le dice que sí, especialmente en el aspecto del empleo, donde son capaces de prometer los cargos de este mundo y del otro, como lo hizo un candidato a la alcaldía en un lejano pueblo de la Mojana Sucreña, y cuando se posesionó, desapareció de la región como por arte de magia.
Candidato Endeudado
3.Candidato endeudado. Más peligroso que los dos anteriores, porque éste si sabe para dónde va, pues al ganar la elección tiene clarísimo que el dinero invertido en su campaña electoral hay que recuperarlo a cualquier costo. Hay que observar el despilfarro de dineros en algunos candidatos que reparten electrodomésticos costosos, tejas y bolsas de cementos entre sus seguidores y sus reuniones son fiestas suntuosas y ricas en alimentos y licores, y grandes conciertos musicales, gastos que al final de la película las paga el pueblo con sus impuestos.
Los candidatos no pueden ser extremadamente tacaños ni muy generosos en el proceso de seducción al votante. Se aconseja austeridad en el gasto de la empresa electoral, pues en esta etapa de proselitismo los electores se comen todo lo que le brinden, y todavía quedan con hambre.
"Artículo de Francisco Cuello Duarte y publicado en el diario El Heraldo de Barranquilla, Colombia."
FRANCISCO CUELLO DUARTE
CONSULTOR POLÍTICO
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Excelente artículo sobre la política en nuestro país, doctor Francisco cuello, felicitaciones es usted un excelente e idóneo en este tema, dios lo bendiga.
Muy buena columna, escrita con pleno conocimiento de causa. Describe fielmente el perfil de los aspirantes o candidatos a proximas elecciones. Mil gracias.
Muy buena apreciación de la realidad que esta sucediendo en estos municipio.,pero que tenemos que hacer muchas pedagogía para que no se presenten esta serie de sucesos vergonzosos.