El Presidente Gustavo Petro ha propuesto modificar el escudo de Colombia. En este sentido, le solicitó a la congresista de San Basilio de Palenque, Dorina Hernández, que presente un proyecto de ley para ponerle al cóndor de nuestro escudo dos cintas que digan “libertad y orden justo, porque según su concepto “el único orden posible en una sociedad es el orden de la justicia”, aspecto que en nuestro criterio no es necesario pues ya el Preámbulo de la Constitución Política contiene una frase mucho más completa, que abarca la inquietud del señor Presidente.
Para algunos sectores políticos se trata de un capricho del primer mandatario. Para mí es una necedad en un país lleno de problemas delicados y peligrosos como el orden público, el desempleo, la inseguridad en las calles y la situación de Venezuela, como el país más perjudicado ante una gigantesca ola migratoria, temas que deben estar en la agenda de todo el poder ejecutivo. No sobra aclarar que la función de un Presidente de la República y todos los altos funcionarios del Estado es actuar con un enfoque gerencial. Un cóndor con patas nuevas es un cóndor herido como dice la canción vallenata de Diomedes Diaz, que viendo tanta mediocridad en la función pública prefiere alzar vuelo muy alto.
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Esta situación nos lleva a preguntarnos si el Presidente Petro tiene asesores serios y competentes que acepten y validen estos actos superfluos. O no tiene asesores porque no los necesita, lo cual es un peligro para evitar decisiones erradas. ¿O los tiene, pero no acepta sus consejos?
En la gerencia pública hay un tema que se conoce como el Kaizen, que es el secreto de las empresas en Japón, o sea la mejora continua, buscando la eficiencia y la eficacia de los procesos administrativos, incluyendo la satisfacción de los trabajadores como núcleo central de la gestión pública. Este concepto fue introducido por el economista estadounidense Edwards Denning, después de la segunda guerra mundial cuando Japón quedó devastado.
Edwards Denning
No es cambiar por cambiar, o cambiar para destruir, o cambiar para hacerse notar, o cambiar porque lo hizo otro gobernante. Esto no es gerencia pública. No estamos en Macondo para seguir en este juego de tontos que en nada ayudan a resolver otros de los problemas más graves que afronta actualmente el país: la salud mental de los colombianos.
"Artículo de Francisco Cuello Duarte y publicado en los periódicos El Heraldo, El Meridiano, Diario del Huila, Causa Guajira y el semanario La Calle."
FRANCISCO CUELLO DUARTE
CONSULTOR POLÍTICO
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Buena u oportuna publicación. Ese es uno de los sofismas con que cotidianamente trata de distraernos ese mal gobernante que tenemos.
Totalmente de acuerdo con su artículo, tantos problemas que tenemos para que este bobo quiera distraernos con cosas superfluas y vanas.