MASACRE ELECTORAL EN COLOMBIA

Parafraseando al famoso escritor Milán Kundera, podemos hacer referencia al evento electoral del pasado domingo 29 de octubre, donde se muestra una verdadera masacre política de más de 100.000 candidatos inscritos para apostarle a unos 20.000 cargos públicos del nivel territorial, en una bolsa compuesta de 1100 alcaldías, 32 gobernaciones, 12.000 concejales, 418 diputados y 6800 ediles, con un explosivo despilfarro de dinero, en un acto de insoportable terquedad colectiva y donde se comprueba que estos candidatos montaron sus proyectos sin ninguna planeación, sin mediciones, sin programas serios y hasta sin dinero, muchos de los cuales se encomendaron a Dios como una última tabla de salvación.

Masacre Electoral en Colombia

Vale resaltar que una candidatura para aspirar a cualquier cargo de elección popular necesariamente requiere de un diseño inteligente de un proyecto, donde el candidato previamente debe demostrar que tiene un perfil para ese cargo y poder dar la batalla frente a sus contendores. De lo contrario, está condenado al fracaso. Lo anterior demuestra que la política en Colombia y en la mayoría de los países latinoamericanos se sigue manejando con el olfato, no con el cerebro como nos enseña Max Weber.


Gorbachov expresa que la política es el arte de lo posible. Más allá de los límites de lo posible, comienza la improvisación, es decir, la terquedad, que es el cuadro dantesco que hoy estamos presenciando en Bocas de Ceniza de Barranquilla, en un colorido festival de tiburones hambrientos devorando a estos candidatos tercos algunos de cuales ni siquiera sirven de carnada a estos diablos del mar.

Gorbachov

Líder Soviético: Mijaíl Gorbachov

La lectura que tenemos de este escenario es que no existe una política pública de pedagogía electoral que parta de una enseñanza mínima sobre los elementos constitutivos del funcionamiento del Estado, la actuación del gobierno, las características del poder público, los deberes, obligaciones y derechos del ciudadano, como elector, y especialmente de los candidatos que aspiran al poder político a dirigir con eficiencia y eficacia los destinos de su comunidad. Nadie sabe para donde va. Ni el político, ni mucho menos este pueblo. Votar no es fácil. Gobernar, tampoco.


¿Qué hace falta, entonces? Pedagogía política para cambiar esta cultura del desorden colectivo. La vida no puede seguir siendo un carnaval como dice la canción de Celia Cruz.

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"Artículo de Francisco Cuello Duarte y publicado en los periódicos El Heraldo, El Meridiano, Diario del Huila, Causa Guajira y el semanario La Calle."

Francisco Cuello Duarte

FRANCISCO CUELLO DUARTE

CONSULTOR POLÍTICO

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Un comentario

  1. Además de puntual, extraordinaria-aunque corta para mi gusto- columna que refleja claramente lo acontecido el domingo electoral que acaba de pasar. Felicitaciones.

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