Después de una larga jornada electoral lo aconsejable es realizar un análisis sobre sus resultados, ya sea para el ganador y con mayor razón para el perdedor, pues así se determinan las fallas que tuvo el proceso, su evaluación sistémica y el futuro del proyecto.
De todas maneras, este candidato fue un fenómeno del marketing político, que sin maquinaria política, sin dinero sucio o medio limpio, alcanzó la no despreciable cifra de casi once millones de votos, desplazando al candidato de la derecha al tercer puesto y en contra de los pronósticos de algunas empresas encuestadoras.
Su fortaleza fue su lenguaje claro, crudo y cruel, que le llegó a la gente del común, que es la gran mayoría del pueblo colombiano. También su coraje para señalar sin miedo a quienes han hecho de la política su mejor negocio. Además, utilizó las redes sociales como plataforma para conectarse con la comunidad (jóvenes en su mayoría), que quería oír ese mensaje sobre la corrupción, principal cáncer que ataca al país.
Pero eso no bastaba. Una campaña presidencial que tenía a un adversario con experiencia y fortaleza en las plazas públicas, que también ofrecía el cambio, había entonces que enfrentarlo con mucha estrategia, y no sólo con Tik Tok. Las redes sociales hacen parte de las herramientas para trabajar un proyecto político, pero esto no es todo. Se necesitaba contar con el apoyo de un equipo de trabajo experimentado y preparado en esta tarea compleja de vender la imagen de un candidato, enfrentarlo al otro que también ofrecía casi que el mismo portafolio. A Rodolfo lo mató la lengua. La Biblia dice: “Muerte y vida están en el poder de la lengua”.
Obama, por ejemplo, fue el primer líder que hizo uso inteligente de las redes sociales, la segmentación del mercado y el mensaje asertivo acompañado de un carisma y de una transparencia a toda prueba, por su credibilidad y de una oratoria especialmente convincente. Además, su equipo de colaboradores era lo mejor del momento.
Su otra debilidad fue también la carencia de un programa de gobierno sólido, de pocos puntos claves, que moviera las emociones del elector, sin caer en la tediosa promesa del populismo que ofrece solución a todos los problemas de la comunidad sin contar con los recursos presupuestales para su ejecución efectiva.
Si bien la corrupción es el principal tema que afecta al país, el segundo es el desempleo y la falta de oportunidades para los jóvenes de estratos bajos, el tercero, la inseguridad que reina en las ciudades y el cuarto, el narcotráfico con la destrucción criminal del medio ambiente donde participan todos los grupos al margen de la ley y sin que observemos una salida inteligente a este problema que produce tanta barbarie.
Mientras tanto, ya Roy tocó la trompeta de la mermelada y todos los pecadores se alinearon para recibir la hostia. Creo que Rodolfo Hernández no hará esa fila.
"Artículo de Francisco Cuello Duarte y publicado en el diario El Heraldo de Barranquilla, Colombia."
FRANCISCO CUELLO DUARTE
CONSULTOR POLÍTICO
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Buena columna. Certeros análisis y diagnóstico