Para un izquierdista, Duque es el peor Presidente de Colombia, mientras que para uno de derecha, Duque fue el mejor. Para un analista neutral, sin pasiones, podemos decir que ni lo uno ni lo otro, y nuestra calificación sería un 7.00 que es una nota académica para un estudiante que pasa la materia y no pierde el semestre, y que pudo ser mejor, pero no hizo un mayor esfuerzo para ocupar una posición brillante, teniendo todo para lograrlo, si se hubiera sacudido de ciertas ataduras y compromisos con sectores políticos que creen que Colombia es la hacienda de su familia.
Es indudable que la política es el negocio más rentable que tiene el país. Decir lo contrario es vivir en otro planeta. Sobre el tema, el sociólogo alemán Max Weber nos enseña: “hay dos formas de hacer de la política una profesión. O se vive para la política o se vive de la política… La diferencia entre el vivir para y el vivir de se sitúa, pues, en un nivel mucho más grosero, en el nivel económico. Vive de la política como profesión quien trata de hacer de ella una fuente duradera de ingresos; vive para la política quien no se halla en este caso”.
Un ejemplo de este negocio fue la famosa “mermelada” o auxilios parlamentarios. Al principio, el Presidente Duque estuvo reacio a entregar esos dineros públicos que todos los gobiernos anteriores venían haciendo como una costumbre sin que nadie protestara, pero en este año, resbaló y cedió. Lo hizo aprovechando la Ley de Presupuesto, mediante un mico introducido para modificar la ley de garantías (Ley 996 de 2005), que permitió que se suscribieran unos 600 contratos interadministrativos por más de 3.4 billones de pesos. Este mico fue tumbado por la Corte Constitucional al declarar inexequible el artículo 124 de la Ley 2159 de 2021, decisión que deja todo un remolino administrativo, por los efectos retroactivos de la sentencia en mención, desorden que seguramente va a generar jugosos dividendos para el gremio de abogados, pues mientras unos lloran, otros ríen.
A Duque le faltó enfrentar el mayor problema que afecta al país: la corrupción diabólica. Le tuvo miedo. Sin embargo, se le aplaude el manejo de la pandemia del Covid 19, con su Ministro de Salud a la cabeza, cuando nadie tenía experiencia en esta tragedia. Además, el mejoramiento de la economía, no obstante los graves problemas económicos del mundo y el hambre que azota a sectores más pobres de la nación.
Gobierno perfecto no existe en ninguna parte del mundo. El nuevo gobierno tendrá grandes desafíos que exigen decisiones políticas inteligentes y mesuradas: corrupción, narcotráfico, desempleo, seguridad alimentaria y orden público.
La Costa Caribe, presenta un cuadro social muy delicado: el 40% de sus habitantes no tienen las tres comidas diarias, la Guajira registra 53 muertes por cada 1000 nacidos vivos y de los 11 millones de habitantes, la mitad vive en la pobreza absoluta.
"Artículo de Francisco Cuello Duarte y publicado en el diario El Heraldo de Barranquilla, Colombia."
FRANCISCO CUELLO DUARTE
CONSULTOR POLÍTICO
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Una evaluación de 7.0 en términos académicos, a la gestión de gobierno de Duque, no refleja la realidad social, económica y ambiental del país. Duque ha sido un pésimo gobernante, además cuestionado por el sometimiento mantenido con su mentor (Uribe), quien lo ha manejado como a un títere. Duque se raja en su gestión de gobierno y no le alcanza siquiera para lograr el 2.0.
Excelente!?para reflexionar